Vampiros, zombies y otras especies a nuestro alrededor en la empresa


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Cultura. Seguro que has leído o escuchado esta palabra unas cuantas veces en blogs de negocios. Pero, ¿sabes qué es realmente y por qué es importante?

Según un artículo que leí en Harvard Business Review, de Anne Morriss y Frances Frei, la cultura guía el comportamiento y continúa cuando el manual del empleado desaparece. La cultura nos dice cómo responder a una solicitud de servicio sin precedentes. Nos dice si debemos arriesgarnos a contarle nuestras ideas a nuestros jefes o si debemos revelar u ocultar los problemas. Los trabajadores tomamos cientos de decisiones por nuestra cuenta a diario, y la cultura es nuestra guía. La cultura nos dice qué hacer cuando el director ya no está en la sala, lo que, por supuesto, es la mayor parte del tiempo. Podemos estar de acuerdo en decir que la cultura es la suma total de los valores, creencias y tradiciones de nuestra organización. Es la forma en la que la empresa ve, prioriza y se comporta para hacer las cosas bien.

¿Qué es la cultura? ¿Es lo que dice la empresa en la página web o es lo que viven los trabajadores, proveedores y colaboradores? Si estáis familiarizados con la web de vuestra empresa, sabréis cuáles son los valores, misión y visión. Pero, ¿estos los vivís en el día a día de la organización?

¿Cuántas veces habéis leído el valor de la transparencia mientras un compañero oculta información para hacerse imprescindible? ¿y el de la honestidad minutos después de cómo se aprietan las tuercas a un proveedor que ha realizado un buen trabajo porque “es que simplemente es un proveedor”?

 

1. La cultura, ¿nace o se hace?

En las empresas hay alguien que se encarga de definir a dónde quiere llegar la empresa en el futuro, cómo quiere hacerlo y cuáles son sus valores. Normalmente, esto surge desde la Dirección y es el equipo de comunicación/marca quien se encarga de difundirlo a través de la web o intranet.

Sin embargo, es bastante común definir qué quiere ser de mayor la empresa, pero no preocuparse en cómo llegar a serlo. Es como el niño que quiere ser deportista olímpico, pero luego no entrena, no se alimenta bien, no tiene interés en mejorar cada día. De mayor no será deportista olímpico. Eso sí, “él quería ser deportista”. Pues con la cultura empresarial suele pasar lo mismo: hagamos carterles, merchandising y ¡bam! trabajo hecho.

Hay que trabajar duro en definir dónde queremos estar y además trabajar todos los días para poder conseguirlo. No vale con definir valores y ponerlos en la web, la cultura corporativa hay que trabajarla y difundirla. Los directivos deben creerse el “ideal” y comportarse de acuerdo a él para que se vaya transmitiendo por la organización.

 

2. ¿Cuál es la correa de transmisión de la cultura? Líderes y embajadores

La cultura de una empresa empieza a modelarse según cómo actúan sus líderes. Cada líder debe reflejar, interna y externamente, los valores de la organización y ser sus defensores más fuertes. No deben recitar la misión como si fuese la solución para todo, pero deben ejemplificar lo que representa para la empresa. Hay que liderar con el ejemplo y ser totalmente transparente, aunque a veces sea complicado.

Un complemento muy útil para los líderes es definir personas con verdadero foco en mejorar la organización en la línea que queremos: son los embajadores de cultura. Son fuertes defensores de la organización y están muy orgullosos de pertenecer a ella, cosa que demuestran a las personas de su alrededor. Tenerlos identificados, cuidarlos y hacerlos crecer, definiendo con ellos actividades donde se sientan útiles y contribuyan a los objetivos de la organización, será un gran apoyo para conseguir que la cultura “arraigue” como queremos que lo haga.

 

3. ¿Qué es peor en una organización: zombies o vampiros?

No todas las personas encajan con una cultura corporativa, cada una tiene sus “core values”, y esto también incluye a las organizaciones. Por ello, debemos tener en cuenta a la hora de seleccionar y promocionar personas si sus valores encajan con los nuestros. Puede darse el caso de que tengamos personas que, mientras su rendimiento es óptimo, su actitud es perjudicial para la cultura y por lo tanto, para el negocio. La actitud puede perjudicar al resto de personas y hacer que su productividad y satisfacción desciendan.

Eric Sinoway estableció un sistema que califica a las personas en función de si ayudan a la cultura corporativa o la perjudican:

  • Estrellas: son trabajadores a los que amamos, hacen bien su trabajo y además, su actitud con el resto es maravillosa.
  • Altos potenciales: valoramos su comportamiento pero aún pueden mejorar su rendimiento. Solo necesitan madurarlo un poco más y debemos ayudarles.
  • Zombies: Ni su actitud ni su rendimiento es adecuado para la cultura.
  • Vampiros: Son una amenaza para las culturas. Hacen su trabajo muy bien, pero están dañando la cultura corporativa con su actitud. Como son exitosos, adquieren poder e influencia y, por lo tanto, seguidores. Están “mordiendo” al resto de trabajadores y podríamos acabar siendo un clan de vampiros.

Nuestro objetivo debe ser tener “estrellas” y “altos potenciales” y convertirlos en embajadores de nuestra cultura, tanto hacia dentro como hacia fuera de la organización.

Y, por supuesto, identificar y reconducir vampiros y zombies (la reconducción puede ser “interna” o “externa”…).

zombies y vampiros en la cultura corporativa de la empresa

4. Los trabajadores felices hacen mejores trabajadores

¿Ir al trabajo con ganas o ir al trabajo sin ganas? Creo que todos podemos estar de acuerdo en que despertarnos por la mañana y tener ganas de trabajar es algo que te anima a hacer las cosas bien.

El clima laboral es la pieza clave final en una cultura corporativa sana. Las condiciones de trabajo, los incentivos, la cultura de liderazgo, la colaboración y los flujos de trabajo son piezas que influyen considerablemente en el clima laboral y que, por lo tanto, hay que tener muy en cuenta. La felicidad es clave en la productividad, por ello es importante que los líderes apuesten por la creación de un entorno laboral óptimo para el desempeño de los trabajadores.

 

¿Qué opináis? ¿Creéis que estáis rodeados de zombies y vampiros en vuestro trabajo? ¿La cultura real de vuestra empresa está alineada con la de la página web?

 

Quizá podamos ayudar modestamente desde TakeaLeap, con un servicio digital que contribuirá a extender la cultura entre los trabajadores. Eso sí, líderes y embajadores corren de cuenta de la organización 😉

 

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